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martes, 28 de agosto de 2012

Reinas del Destape (I): Nadiuska, la Exótica.


     
     Desde aquí quiero reivindicar a un mito, mito. Un mito que si hubiera surgido en otro país ahora sería objeto de culto, pero que al ser típicamente español nunca ha sido lo suficientemente reconocido, y eso que cumple todos los requisitos fundamentales que exige la mitología moderna: fama arrolladora en sus años de esplendor, belleza deslumbrante, ocaso prematuro y trágico olvido. Me estoy refiriendo a la única e incomparable: Nadiuska.
     Rowicha Bertasha Simid Honczar, su verdadero nombre, nace en Schierling Alemania el 19 de enero 1952. De padre ruso y madre polaca, de ahí su peculiar apariencia, llega a Barcelona en 1971 y comienza a trabajar de modelo, siendo rápidamente descubierta por Fernando García y Damián Rabal (hermano de Paco Rabal), que prendados de su felina y exótica belleza preparan su salto al mundo del cine.
     Su atractivo físico le abre las puertas del celuloide patrio de principios de los setenta de par en par, ávido, como está, de nuevas bellezas que luzcan su palmito en las primeras intentonas aperturistas de la censura franquista. Y nuestra atractiva germana empieza a ser un rostro, y cuerpo, regular en los repartos más osados de la época, primero en papeles secundarios y decorativos y más adelante como reclamo taquillero en películas de dudosa calidad que explotan sin ningún pudor sus encantos anatómicos. 
     A un ritmo de cinco películas por año y con el nombre artístico, sonoro y contundente, de Nadiuska, la joven alemana se convierte en poco tiempo en el sex-symbol más famoso del país.


     La lista de títulos en los que participa en sus primeros años de carrera es agotadora y representa parte de lo más florido de la caspa hispánica de todos los tiempos, he aquí una muestra: Manolo, la Nuit, Soltero y Padre en la Vida, Vida Conyugal Sana, Lo Verde Empieza en los Pirineos, Polvo Eres, Chicas de Alquiler, Zorrita Martínez, El Señor está Servido, Mi Marido no Funciona o La Mosca Hispánica . . . En ellas, solo aparece como comparsa decorativa de sus super-taquilleros compañeros de reparto: José Luís López Vázquez, Alfredo Landa, Mariano Ozores o Manolo Escobar, entre otros.
     Con la muerte de Franco y la abolición de la censura, nuestra chica de otras tierras se convierte en una de las musas absolutas del cine erótico-peninsular, participando en infinidad de subproductos que solo se centran en explotar su curvilínea figura.
     Sus aparición en la revista Interviu, que la convierte en una de sus primeras y más aclamadas musas, con el fantástico reportaje: Nadiuska se la busca, rodeada de palomas blancas y como Dios la trajo al mundo, y la muy polémica portada en la revista Fotogramas, que tuvo que ser retirada de los quioscos por orden judicial, y en cuyas páginas interiores nos enseñaba los distintos usos de la leche, como alimento y algo más, acrecentaron su popularidad como mito nacional.



     Memorable fue también su aparición el programa de entrevistas de Televisión Española de José María Iñigo, Directísimo, en el que quedaron patentes las nada disimuladas patadas que le daba la estrella al periodista para que cambiara de tema cuando la interrogó sobre un supuesto matrimonio de conveniencia con Fernando Montalván, ciudadano español con cierto retraso mental, que le permitió conseguir la nacionalidad española de forma inmediata pero ilícitamente.
     El escándalo de esta supuesta maniobra burocrática, menoscabó la imagen pública de la estrella y el mito empezó a declinar. Eran otros tiempos y la puritana España de la época no estaba por la labor de permitir que una institución como el matrimonio santificado de los de “hasta que la muerte nos separe” pudiera ser usado fraudulentamente. . . ¡¡Quien te ha visto y quien te ve!!
     Yo siempre la tuve como mi mito erótico español favorito, sin discusión, solo porque, en un viaje de trabajo, mi padre vio como se grababa la escena de una de sus películas en el Hotel Praga de Madrid, donde se alojaba. Yo que oí bien atento el relato de como la había visto correr en bragas por el vestíbulo del hotel a las órdenes del característico: luces, cámaras y acción, como si de una Norma Desmond, cutre, destapada y en color, se tratara, me dije para mi mismo: es mi actriz favorita, sin tan siquiera conocerla.
     Luego, ya, me enteré quien era y como era: una especie de Sophía Loren de ojos rasgados, venida de tierras lejanas que decía “amog” en vez de amor, o “pog qué”, en vez de por qué; ¡Exótico, erótico, escueto y contundente, . . . justo, como a mí me gusta!



     En poco tiempo pude verla en acción dándose el filetazo con Bárbara Rey en una de terror hispano que se llamaba La Muerte ronda a Mónica, donde aseguraban que se morían de miedo los espectadores que aguantaban todo el metraje, aunque yo sobreviví; me la volví a topar como una de las suicidas colectivas de Guyana: El Crimen del Siglo, película que seguía la estela de esas catástrofes escabrosas que poblaron las salas de cine en los años 70 y que a mí me chiflaban, todas; y, por último, la contemplé, anonadado, como decapitada madre de Conan el Barbaro, esta vez, en plan, rubia despampanante que perdía su decorativa testa en plena Ciudad Encantada de Cuenca, todo por defender a su retoño, un infantil Jorge Sanz, que al crecer se transformaría en el mismísimo Arnold Schwarzenegger
.


     Ahora, anda medio trastornada y esquizofrénica, según la prensa más sensacionalista, viviendo su particular calvario: de institución mental a la calle, como mendiga sin techo y de nuevo de vuelta al sanatorio . . . ¡¡para llorar!!
     Lo dicho, si hubiese hecho carrera en los USA, ya tendríamos su biografía filmada, ¡varias veces!, en cine y televisión. Con un papelón de Oscar para la actriz que lo interpretara . . . pero es que en España no sabemos valorar lo que tenemos. ¡¡¡Quijotesco!!

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