Es una de la más celebres actrices de su generación, con una trayectoria repleta de premios y reconocimientos que pasó de “sex-symbol” a actriz de prestigio como pocas han podido.
Nacida en 1.949, Jessica estudia Bellas Artes en la Universidad de Minnesota y se casa con su profesor de fotografía, el español Francisco Grande con el que vivirá en España y Francia una temporada y del que aprenderá el oficio de fotógrafa que más adelante ejercerá con gran reconocimiento.
Regresa a su país tras separarse de su primer marido y haberse empapado del Mayo francés del 68 e inicia una exitosa carrera como modelo en Nueva York que le permite debutar en el cine protagonizando el “remake” de King Kong de 1.976 a mano de Dino de Laurentis. La película fue uno de los mayores éxitos del año. Yo aún me recuerdo llorando desconsoladamente, junto a mi prima Blanca, ambos inocentes infantes, la muerte del mono gigante cuando era abatido, injustamente, en lo alto de la neoyorquinas Torres Gemelas, aún en pie, y caía al vacío a los compases de una melodía de John Barry casi idéntica a la de Memorias de Africa.
Nacida en 1.949, Jessica estudia Bellas Artes en la Universidad de Minnesota y se casa con su profesor de fotografía, el español Francisco Grande con el que vivirá en España y Francia una temporada y del que aprenderá el oficio de fotógrafa que más adelante ejercerá con gran reconocimiento.
Regresa a su país tras separarse de su primer marido y haberse empapado del Mayo francés del 68 e inicia una exitosa carrera como modelo en Nueva York que le permite debutar en el cine protagonizando el “remake” de King Kong de 1.976 a mano de Dino de Laurentis. La película fue uno de los mayores éxitos del año. Yo aún me recuerdo llorando desconsoladamente, junto a mi prima Blanca, ambos inocentes infantes, la muerte del mono gigante cuando era abatido, injustamente, en lo alto de la neoyorquinas Torres Gemelas, aún en pie, y caía al vacío a los compases de una melodía de John Barry casi idéntica a la de Memorias de Africa.
Incomprensiblemente la interpretación de Jessica fue el hazmerreir de todo Hollywood y casi finiquita su carrera actoral que no hacía nada más que empezar. Y eso a pesar del comentadísimo striptease que le propina el mono a su amada, a mitad del metraje, en un acto de zoofilia en toda regla.
Tras tres años en paro forzoso vuelve al cine con un papel decorativo en película de prestigio, All that Jazz, pretencioso musical del director de Cabaret, del que sale airosa haciendo de la muerte, muy atractiva, por cierto.
Con su siguiente película, otro remake de un clásico, El Cartero siempre Llama dos Veces, se convierte en la actriz más deseada del momento aunque su interpretación es tachada de pornográfica por algunos sectores de la crítica, incluso la mismísima Lana Turner, que siempre fue un putón verbenero e interpretaba a Cora en la primera versión de la película, puso el grito en el cielo. Todo por un polvo antológico con Jack Nicholson en la mesa de una cocina entre harina y levadura, que ya se sabe, hace levantar a la masa cuando esta se calienta.
Recuperada su credibilidad como actriz, pasa a la primera división de las actrices de los 80 y se hace con papelazos de “sufridora como nadie” en filmes del calibre de Frances (biografía de Frances Farmer), Countrie, Sweet Deams (biografía de Patsy Cline) o La Caja de Música, por todas ellas es nominada al Oscar a la Mejor Interpretación Femenina aunque ninguna de estas películas llegan a funcionar muy bien en taquilla. Solo la comedia Tootsie, junto a Dustin Hoffman, por la que gana el Oscar, es un verdadero éxito popular.
Como es bien sabido por todos, en Hollywood lo que manda es el dinero y las carnes prietas, así que tanto prestigio interpretativo de poco le sirve a nuestra querida amiga y con el cambio de década su estrella empieza a declinar irremediablemente, pasar de los 40 es mortal para cualquier estrella femenina.
A pesar de la escasez de papeles vuelve a ganar el Oscar por Blue Sky, interpretando a un ama de casa maniaco depresiva, es decir, como casi todas las amas de casa del mundo, vamos. Participa en éxitos como El Cabo del Miedo, Rob Roy, o Big Fish, pero la primera línea de la década anterior, definitivamente, es cosa del pasado.
Debuta en los escenarios teatrales con el beneplácito de la crítica y empieza a aparecer, esporádicamente, por televisión, refugio de viejas glorias, arrollando con Grey Gardens y, recientemente, con American Horror Story, serie revelación de 2.011, donde vuelve a llevarse todos los premios del año. Resulta impagable en su papel de vecina cotilla, cleptómana y llena de fantasmagóricos secretos.
Nos enteramos que además de actrizón es fotógrafa, y de las buenas, cuando se nos presenta con una exposición antológica en el Centro de Arte Neymeyer, antes de ser finiquitado por el señor Alvarez Cascos y compañía, ¡¡arriba Foro Asturias!!, con la que, posteriormente, recorre la geografía española desde Avilés a Madrid, se ve que lo de “desde Santurce a Bilbao” hubiese sido demasiado corto recorrido para ella.
Tras tres años en paro forzoso vuelve al cine con un papel decorativo en película de prestigio, All that Jazz, pretencioso musical del director de Cabaret, del que sale airosa haciendo de la muerte, muy atractiva, por cierto.
Con su siguiente película, otro remake de un clásico, El Cartero siempre Llama dos Veces, se convierte en la actriz más deseada del momento aunque su interpretación es tachada de pornográfica por algunos sectores de la crítica, incluso la mismísima Lana Turner, que siempre fue un putón verbenero e interpretaba a Cora en la primera versión de la película, puso el grito en el cielo. Todo por un polvo antológico con Jack Nicholson en la mesa de una cocina entre harina y levadura, que ya se sabe, hace levantar a la masa cuando esta se calienta.
Recuperada su credibilidad como actriz, pasa a la primera división de las actrices de los 80 y se hace con papelazos de “sufridora como nadie” en filmes del calibre de Frances (biografía de Frances Farmer), Countrie, Sweet Deams (biografía de Patsy Cline) o La Caja de Música, por todas ellas es nominada al Oscar a la Mejor Interpretación Femenina aunque ninguna de estas películas llegan a funcionar muy bien en taquilla. Solo la comedia Tootsie, junto a Dustin Hoffman, por la que gana el Oscar, es un verdadero éxito popular.
Como es bien sabido por todos, en Hollywood lo que manda es el dinero y las carnes prietas, así que tanto prestigio interpretativo de poco le sirve a nuestra querida amiga y con el cambio de década su estrella empieza a declinar irremediablemente, pasar de los 40 es mortal para cualquier estrella femenina.
A pesar de la escasez de papeles vuelve a ganar el Oscar por Blue Sky, interpretando a un ama de casa maniaco depresiva, es decir, como casi todas las amas de casa del mundo, vamos. Participa en éxitos como El Cabo del Miedo, Rob Roy, o Big Fish, pero la primera línea de la década anterior, definitivamente, es cosa del pasado.
Debuta en los escenarios teatrales con el beneplácito de la crítica y empieza a aparecer, esporádicamente, por televisión, refugio de viejas glorias, arrollando con Grey Gardens y, recientemente, con American Horror Story, serie revelación de 2.011, donde vuelve a llevarse todos los premios del año. Resulta impagable en su papel de vecina cotilla, cleptómana y llena de fantasmagóricos secretos.
Nos enteramos que además de actrizón es fotógrafa, y de las buenas, cuando se nos presenta con una exposición antológica en el Centro de Arte Neymeyer, antes de ser finiquitado por el señor Alvarez Cascos y compañía, ¡¡arriba Foro Asturias!!, con la que, posteriormente, recorre la geografía española desde Avilés a Madrid, se ve que lo de “desde Santurce a Bilbao” hubiese sido demasiado corto recorrido para ella.
Con un físico aun poderoso, a sus ¡¡¡¡milagrosamente no retocados!!!! 62 años, se despacha a gusto contra las políticas ultra conservadoras de su país, siendo decidida activista en causa perdidas como la lucha contra la explotación infantil o la epidemia de Sida en Africa como Embajadora de Buena Voluntad de Naciones Unidas.
Por cierto, que ha convivido largamente con dos “mazizorros” con cerebro, el bailarín Mikhail Barishnikov y el dramaturgo y actor Sam Shepard, padres de sus cuatro retoños; la chica no tiene mal gusto eligiendo partenaires, hay que reconocerlo.
Con cuerda para rato, todavía, estoy seguro, nos dará alguna que otra grata sorpresa esta imponente señora, que desde los tiempos en que el gorila más grande y romántico del cine se quedó prendado de ella hasta nuestros días, no ha hecho más que mejorar.
Por cierto, que ha convivido largamente con dos “mazizorros” con cerebro, el bailarín Mikhail Barishnikov y el dramaturgo y actor Sam Shepard, padres de sus cuatro retoños; la chica no tiene mal gusto eligiendo partenaires, hay que reconocerlo.
Con cuerda para rato, todavía, estoy seguro, nos dará alguna que otra grata sorpresa esta imponente señora, que desde los tiempos en que el gorila más grande y romántico del cine se quedó prendado de ella hasta nuestros días, no ha hecho más que mejorar.