Tengo que confesar una cosa:¡ ¡¡me gusta "Boney M"!!!
Este es uno de los escasos privilegios que debe tener ir cumpliendo
años, que llega un momento en que a uno no le da ningún pudor hacer este tipo de confesiones. De hecho, y voy a seguir confesándome, creo que "Boney M" es el grupo que más me ha gustado en mi vida, y eso que yo he sido muy promiscuo, "musicalmente hablando".
He sido capaz de pasar de Barón Rojo a Mecano en cuestión de segundos, de Supertramp a la Piquer en un abrir y cerrar de ojos, por poner solo dos casos sencillos, de los Bee Gees a Bellini me llevó algo más de tiempo, aunque al final es más rápido de lo que parece, no se crean. Pero volviendo a los protagonistas del artículo . . . ¡¡¡Que grandes eran!!!
Con esos estilismos imposibles: trajes psicodélicos, pelo a lo "afro", mallas metalizadas, plataformas como andamios y unas cantidades de purpurina, tan a "tutiplen", que hasta ahora mismo, "Lady Ga-Ga" en persona se retuerce de envidia cada vez que ve cualquier imagen de los susodichos.
Yo los descubrí con "Daddy Cool" y supe de inmediato que cantaban para mí. Luego vinieron muchas más canciones: "Sunny", "Belfast", "Rivers of Babylon", "Rasputín", "Gotta Go Home", "El Lute" . . .
Pero fue con "Ma Baker" cuando nuestra relación se formalizó, de hecho, creo nos hicimos "pareja de hecho" . . . ¡¡¡Temazo, temazo!!! debí pensar cuando lo oí por primera vez en la radio, un "transistor" Sanyo que tenía en mi cuarto, luego tuve un "radio-cassette grabador" con el que me confeccionaba mis cintas de favoritos, con locución incluida del pesado de turno, ya que siempre me interrumpían la canción en la mejor estrofa, irremediablemente . . . ¡¡¡así empezó la piratería musical!!!!
Sigo confesando que este fue el primer disco que compré con mi dinero, fue el "single" por cierto, ya que no me llegaba para el LP por mucho que me rascara el bolsillo, ¡que lastima de mí!
Todo contento llegué con mis ahorrillos de la paga a la tienda de discos de la Calle Luna, y allí, en el escaparate, estaba colgado el disco de mis sueños, "Ma Baker". Pero cual no sería mi sorpresa cuando descubro que comprármelo me iba a ser imposible . . . en la carátula iban ¡¡desnudos!! . . . ¡¡como me presento en casa con semejante cosa!! . . .
Este es uno de los escasos privilegios que debe tener ir cumpliendo
años, que llega un momento en que a uno no le da ningún pudor hacer este tipo de confesiones. De hecho, y voy a seguir confesándome, creo que "Boney M" es el grupo que más me ha gustado en mi vida, y eso que yo he sido muy promiscuo, "musicalmente hablando".
He sido capaz de pasar de Barón Rojo a Mecano en cuestión de segundos, de Supertramp a la Piquer en un abrir y cerrar de ojos, por poner solo dos casos sencillos, de los Bee Gees a Bellini me llevó algo más de tiempo, aunque al final es más rápido de lo que parece, no se crean. Pero volviendo a los protagonistas del artículo . . . ¡¡¡Que grandes eran!!!
Con esos estilismos imposibles: trajes psicodélicos, pelo a lo "afro", mallas metalizadas, plataformas como andamios y unas cantidades de purpurina, tan a "tutiplen", que hasta ahora mismo, "Lady Ga-Ga" en persona se retuerce de envidia cada vez que ve cualquier imagen de los susodichos.
Yo los descubrí con "Daddy Cool" y supe de inmediato que cantaban para mí. Luego vinieron muchas más canciones: "Sunny", "Belfast", "Rivers of Babylon", "Rasputín", "Gotta Go Home", "El Lute" . . .
Pero fue con "Ma Baker" cuando nuestra relación se formalizó, de hecho, creo nos hicimos "pareja de hecho" . . . ¡¡¡Temazo, temazo!!! debí pensar cuando lo oí por primera vez en la radio, un "transistor" Sanyo que tenía en mi cuarto, luego tuve un "radio-cassette grabador" con el que me confeccionaba mis cintas de favoritos, con locución incluida del pesado de turno, ya que siempre me interrumpían la canción en la mejor estrofa, irremediablemente . . . ¡¡¡así empezó la piratería musical!!!!
Sigo confesando que este fue el primer disco que compré con mi dinero, fue el "single" por cierto, ya que no me llegaba para el LP por mucho que me rascara el bolsillo, ¡que lastima de mí!
Todo contento llegué con mis ahorrillos de la paga a la tienda de discos de la Calle Luna, y allí, en el escaparate, estaba colgado el disco de mis sueños, "Ma Baker". Pero cual no sería mi sorpresa cuando descubro que comprármelo me iba a ser imposible . . . en la carátula iban ¡¡desnudos!! . . . ¡¡como me presento en casa con semejante cosa!! . . .
Entiendan que en una España en la que Franco estaba todavía de cuerpo presente, así como quien dice, un niño de pueblo andaluz no lleva a casa un disco en la que aparecen cuatro “negracos “ desnudos y encadenados en la portada, y más si tenemos en cuenta que mi madre era catequista y mi padre de la adoración nocturna.
¡Cuantos paseos me di hasta aquel escaparate!. ¡Cuantas miradas a esa provocadora carátula de “¿macho?” dominante en tanga plateado, castiga a hembras sumisas desnudas y encadenadas!
¡Cuantos paseos me di hasta aquel escaparate!. ¡Cuantas miradas a esa provocadora carátula de “¿macho?” dominante en tanga plateado, castiga a hembras sumisas desnudas y encadenadas!
De casa a la tienda y de la tienda a casa hasta que, finalmente, un día me armé de valor y compré el disco, y . . . no pasó absolutamente nada. ¡¡¡Que modernos que eran estos padres míos que les encantaba “Boney M”!!!
Puse tantas veces la canción, que casi desgasto los surcos del disco, al final tenía que poner una moneda en el brazo del tocadiscos para que así pesara más y la canción no saltara. Bastantes años después, resultó que tuve la suerte de conocer a todos los miembros del grupo en persona, a los miembros originales, los de la portada de “Ma Baker”, charlamos, bailamos, nos hicimos fotos, todo muy en plan “fan” con sus “super-ídolos-de-toda-la-vida”, y al día siguiente quedé a comer con mi madre.
¡Madre!, (siempre la llamo madre y de usted como señal de “irrespeto”) le dije, te voy a poner un acertijo, ayer conocí a unos tipos que si los llego a conocer con doce años ahora tendrías delante un hijo muerto, ¿a quien conocí?
Como no sea a "Boney M”, fue su respuesta.
Acertaste, le dije.
¡Desde luego, conoces a una gente más rara!, continuó, y seguimos comiendo mientras le conté el resto de la noche del encuentro con "Boney M".
Ese día confirmé algo que ya tenía claro desde hacía tiempo: por mucho que nos creamos lo contrario, un hijo, “¡jamás!” tiene secretos para su madre.