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lunes, 28 de noviembre de 2022

Dulce Travesti de la Transexual Transilvania


        Es sin ningún tipo de duda ni discusión la pelicula de culto más celebrada de todos los tiempos, un musical transgresor y gamberro que ha transcendido através de los años, modas y costumbres. Estrenada en 1975 su visionado sigue siendo tan fresco, actual y reivindicativo hoy como lo fue hace casi cinco décadas, pero hagamos historia.

        Es en 1971 cuando Richard O'Brien actor y cantante del West End londinense decide crear su propio show musical viendo como su carrera como interprete no acababa de despuntar como esperaba. En él pone todos sus gustos y aficiones: rock, glam, ciencia-ficción clásica, sexo, humor en un extraño cóctel de argumento ininteligible que, finalmente, ve la luz en una pequeña sala londinense The Royal Court Theatre el 16 de junio de 1973. Su éxito es tal que pasa posteriormente a salas de mayor aforo permaneciendo en cartel más de siete años consecutivos. 

 

      Al poco tiempo de su estreno el espectáculo se convierte en el show de moda en la ciudad y multitud de diferentes produccones se estrenan en diferentes  partes del mundo. Por cierto que será en Madrid en 1974 cuando se estrene la tercera produción internacional y  primera producion fuera del ambito anglosajón en la Sala Cerebro con Mayra Gómez Kemp y Pedro María Sanchez en el reparto, entre otros. Las fotos de este último como Rocky Horror con un minúsculo slip rosa en la revista Fotogramas supusieron el secuestro de la publicación por lo osado para la época. Demasiado sexy, demasiado gay, demasiado provocador  y aun con Franco en vida. Y es que España siempre fue mucho más permisiva y adelantada de lo que nos pensamos.

 

       El paso  al cine era solo cuestión de tiempo y así ocurrió. La película dirigida por Jim Sharman igual que la obra de teatro recupera a la mayor parte del reparto original teatral: Tim Curry como el malvado y lascivo Doctor Frank-N-Furter, Richard O'Brien como Riff Raff o Patricia Quin como Magenta e incorpora a varios actores/cantantes noveles americanos, imposición de la productora para hacer mas atractivo el film, como una jovencísima Susan Sarandon en su primer papel protagonista o el rockero Meat Loaf como el motero Eddy.

       La historia va de una pareja de novios que tras una boda tienen una avería en el coche durante una tormenta teniendo que pedir ayuda en una mansión cercana donde se encuentran con una convención de seres extraños que resultan ser extraterrestres habitantes del lejano planeta Transexual de la lejana galaxia Transilvania. Allí viviran una experiencia iniciática que les cambiará la vida para siempre. Si resulta absurdo así contado lo es, aún más, visto en la pantalla, pero da igual, si te engancha, te engancha.

      Cuando el film se estrenó el verano de 1975 fue un completo fracaso de critica y público. Demasiado extraña para las grandes audiencias, pero por azares del destino encontró una segunda vida en sesiones de medianoche en distintos campus universitarios de norteamérica. Su fama de extravagante experiencia cinematográfica digna de ser vista se va extendiendo por el pais y gracias al boca oreja vuelve a proyectarse de nuevo en salas comerciales, en concreto en el Cine Waverly de Nueva York en sesión de medianoche, por supuesto y de fin de semana. Y se produce el fenómeno. La gente que va no es mucha, pero quien va repite, y repite y repite, semana tras semana.

 

       El número de espectadores va aumentando y expontaneamente  se empiezan a recitar los dialogos del film durante la proyección de la película, ya que los espectadores se los saben de memoria. Los seguidores del film se organizan en club de fans y acuden a las proyecciones disfrazados como los personajes de la película, repiten los dialogos, interpretan las escenas de la pelicula durante la proyección, interactuan con los personajes, llevan elementos a la proyección que se lanzan en la sala como pistolas de agua para lograr lluvia, arroz para una boda o rollos de papel higienico y naipes que son lanzados al aire, tal y como aparecen en la película.

      El culto al Rocky Horror se va extendiendo por casi todas las grandes ciudades del planeta y permanece inalterable y creciendo desde su estreno hasta hoy en día, siempre en proyecciones de medianoche y repitiéndose el fenomeno de la participación del público asistente con disfraces y gamberreo variado.

       Yo la primera vez que vi la pelicula fue a finales de los 80 en los desaparecidos, como casi todos, Cines Duplex de Madrid y la verdad es que me horrorizó, no estaba preparado para ella. Luego volví a verla en Londres en el año 91 viviendo allí, con participación de la audiencia incluida, en sesión gamberra de medianoche y tampoco le pillé la gracia.

 

       No fue hasta que vi una produccion teatral de la National English Opera en 2003 que  hizo parada en la Universidad Carlos III de Leganés que pillé el punto al espectáculo, de hecho ha sido una de las experiencias como espectador mas gratificantes que he tenido en mi vida. La gente no entendía nada de lo que allí pasaba pero se produjo una extraña conexión entre público y actores hasta tal punto que hubo que repetir casi todos los números musicales uno tras otro, pues la gente no se iba y pedia más y más. Pura magia escénica.

      Después de aquello he visto la película infinidad de veces, con y sin participación del público, en salas serias, al aire libre, en casa con amigos, en sesiones cutres, en sesiones muy bien organizadas y puedo decir que cada vez me gusta más y más. Nunca me cansa y cada vez me aporta algo nuevo. 

      En mi opinión la interpretación de Tim Curry es una de las mayores performances de la historia del cine. Todo el reparto está en estado de gracia, las canciones son magníficas, su sentido del humor atemporal y su mensaje de libertad, goce y disfrute no puede ser más positivo, fresco y optimista.  


 

       Quien ve la película por primera vez debe hacer una ceremonia de pérdida de la virginidad  y jurar lealtad eterna a los lascivos labios del Rocky Horror, yo hace tiempo que perdí la mía y he mantenido mi lealtad eterna tal como juré en su momento. 

Recomiendo que todo el mundo que haga lo mismo. 

¡Merece la pena! 


 



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